En el reino de la reina de Saba
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Etiopía según la Biblia
Etiopía mantiene una estrecha relación con la Biblia. Etiopía ha leído y reconocido su destino en la Biblia y, a cambio, ha escrito su historia a esta luz inspirándose en las tradiciones bíblicas.
Los teólogos etíopes leyeron por primera vez en la Biblia varias referencias halagüeñas y prometedoras a su país, bajo diferentes nombres. Lo primero que me viene a la mente es el versículo que dice «Kush corre con las manos extendidas hacia Dios» (Salmo 68:32). Pero también a dos historias, en ambos Testamentos de la Biblia, sobre mujeres soberanas. En la primera, la reina de Saba visita a Salomón tras oír hablar de su sabiduría (1 Reyes 10:1-10). El segundo relata que un alto funcionario de Candace, reina de Etiopía, llegó a Jerusalén, descubrió el Evangelio y se bautizó enseguida (Hch 8,26-40).
Etiopía a través de la historia
La evangelización de Etiopía se remonta a mucho tiempo atrás y está documentada por la epigrafía y la numismática. Se remonta al siglo IV, cuando Ezana, gobernante de Axum, reino correspondiente al norte de las actuales Etiopía y Eritrea, se convirtió al cristianismo y parece que difundió la nueva fe por todo su reino. Según una tradición semilegendaria, un mercader cristiano llamado Frumence, que llegó a Etiopía tras un naufragio, convirtió a la familia real de Axum. Entonces recibió el título de Obispo y Jefe de la Iglesia de Etiopía de manos de Atanasio, Patriarca de Alejandría.
La Iglesia etíope afirmó una espiritualidad original que floreció sobre todo a partir de finales del siglo XII, cuando despegó el monacato. El desarrollo del cristianismo está mejor documentado a partir de este periodo, los siglos XII-XIII. De hecho, disponemos de un dossier muy rico de documentos, elaborados principalmente por monjes letrados etíopes. Estos textos están escritos en gueze, la lengua de la cultura y la liturgia en la Etiopía cristiana. Incluyen vidas de santos, genealogías monásticas, textos litúrgicos, documentos historiográficos y actos prácticos.
También existe toda una serie de relatos que narran los reinados de los soberanos etíopes: son las crónicas o historias reales. Una obra importante producida en el siglo XIV. era el Kebra Nagaśt o «Gloria de Reyes», la famosa historia del encuentro entre el rey Salomón y la reina de Saba (llamada Makeda en la tradición etíope), y el nacimiento de su hijo, Menelik (o David), que se convirtió en el primer soberano de Etiopía. La historia cuenta también cómo Makeda y Menelik hicieron transportar a suelo etíope el Arca de la Alianza, conservada en el Templo de Jerusalén. La Kebra Nagaśt es una historia inspirada en la Biblia en su tema, sus personajes y su propósito. El propósito del texto es inscribir a Etiopía en la historia bíblica, hacerla no sólo partícipe de la Alianza, sino también otorgarle un estatus preeminente entre las naciones cristianas.