Un pergamino del siglo XIII
que reproduce las calzadas romanas del siglo I

Un documento de origen muy antiguo

Elaborado en 1265 por un monje de Colmar y compuesto por 11 pergaminos de unos 34 cm de alto y, de extremo a extremo, de 6,74 m de longitud, este documento fue descubierto en 1494 por Conrad Meissel alias Celtes y entregado en 1507 a Conrad Peutinger, anticuario de Augsburgo.

Se trata de un planisferio que representa el mundo conocido en la Antigüedad. Se indican algunos lugares desaparecidos, como Pompeya o Herculano, y otros llevan sus nombres romanos, como Hatra en Irak o Tegea en Grecia, nombres que se perdieron en la Edad Media. Varias inscripciones también hacen referencia a ideas antiguas, como un gran río que «fluía» bajo el Sáhara, o a las conquistas de Alejandro Magno. Además, las localidades están unidas por carreteras y las distancias están marcadas con números romanos que indican millas (1480 m) o, al oeste de Lyon, leguas galas (2220 m).

Las principales ciudades están representadas por viñetas de tamaño variable, y se concede especial importancia al dibujo de las ciudades balneario. Las metrópolis de este mapa son Roma, Constantinopla y Antioquía, y las siguientes ciudades más grandes son Nicomedia (Izmit), Nicea (Iznik), Aquilea y Rávena. Ancyra (Ankara) parece ser una ciudad del tamaño de Rávena, pero no se ha registrado su nombre. Lo mismo ocurre con Alejandría.

Además, el mapa parece indicar ciertas rutas marítimas o fluviales sin marcar claramente los lugares de partida y llegada; por ejemplo, podría existir un transbordador al sur del Peloponeso, quizá hacia Creta o Cirenaica, y Ostia, el puerto de Roma, está situado exactamente enfrente de Cartago. También hay referencias a una ruta fluvial entre Ostiglia y el Adriático o Rávena.    

Todo ello lleva a la conclusión de que el mapa de Peutinger es el resultado de copias sucesivas, sobreimpresas en diversas ocasiones a partir de uno o varios originales antiguos. La información más antigua data probablemente de antes del año 79 d.C., ya que se indica Pompeya. Otras indicaciones de tiempo pueden extraerse de Jerusalén, que se llama Aelia Capitolina, nombre dado en 132 d.C., y Constantinopla, nombre habitual de Bizancio a partir del siglo V.   

Un mapa de carreteras estirado y aplanado


El lector se siente desorientado ante la visión de este planisferio estirado y aplanado, en el que la península itálica parece extenderse de oeste a este y Rodas limita con la región de Tel Aviv. En realidad, pronto se hace evidente que este mapa es una recopilación y colocación de rutas escritas anteriormente en forma de catálogos, como el Itinerario de Antonino, del siglo III. Como resultado, todo el mapa se parece a algunos mapas subterráneos modernos. Las rutas están dibujadas de forma que resulten claramente legibles, sin tener en cuenta la escala ni la orientación geográfica exacta, siendo el objetivo principal mostrar las distancias y las encrucijadas más que la topografía de la zona.

Todo esto hace que la tabla de Peutinger sea especialmente interesante. De hecho, no se trata de una descripción física y científica del mundo como en la obra de Ptolomeo, sino de un documento utilitario comparable a los actuales mapas de carreteras. Muestra las principales rutas del servicio postal imperial, o cursus publicus, que facilitaba a los viajeros orientarse, calcular las distancias que debían recorrer y organizar sus provisiones en los principales balnearios y abrevaderos.


Se trata, pues, de un documento excepcional, sin equivalente antes del siglo XVI. También podemos suponer que los peregrinos, mercaderes y ejércitos de la Edad Media utilizaban mapas de este tipo en sus largos viajes de Occidente a Oriente. Cualquiera puede intentar calcular la ruta de Tréveris a Roma o de Roma a Jerusalén. Ydrunte (Otranto) se encuentra frente a Scobre (Shkodër) y Dyrratio (Durrës), por lo que es posible cruzar aquí el estrecho de Otranto.    


Dicho esto, un gran número de errores aparecen sin que se sepa si se deben a :

  • Omisiones (ausencia de Malta),

  • Falta de tiempo (espacio libre para el dibujo de la viñeta de Alejandría: sólo aparece el dibujo del Faro)

  • Costas incomprendidas (sin Eubea),

  • Copias mal entendidas de originales diferentes (país de Parisi a Xanten),

  • Nombres antiguos reales (Grecia vers Masilia Grecorum o Marsella de los griegos),

  • Ciudades idénticas con dos nombres diferentes (Avodiaco – Abodiaco; En Naronia – Narona)

  • Rutas confusas o duplicadas (ruta no identificada de Catispi a Masabi)    


Por último, a diferencia de los mapas medievales, la tabla Peutinger no menciona seres fantásticos, dragones o humanos monstruosos. Las únicas inscripciones no utilitarias se refieren, por ejemplo, a datos literarios conocidos:

  • Grin, un gran río que fluye bajo tierra (probablemente el Níger),

  • Desierto donde los Hijos de Israel vagaron durante 40 años (Sinaí),

  • «Aquí nacen los elefantes» (India),

  • Sera País Mayor o de la Seda, es decir, China,

  • «Qué lejos Alexandre» para marcar el fin del mundo.    


La Tabla Peutinger está actualmente en poder de la Biblioteca Nacional de Austria(Österreichische Nationalbibliothek).