Sobre nosotros
Vía Egeria significa «En el camino con Egeria». Egeria fue una gran dama y exploradora de Occidente que viajó a Jerusalén en 381; durante tres años visitó todos los lugares santos del Próximo Oriente cristiano, no sólo en Palestina, sino también en Egipto, Sinaí, Transjordania y Siria. Desde Constantinopla, donde se detuvo tras su viaje, escribió un relato de éste a sus corresponsales, describiendo todos los lugares santos que había visitado y, con especial detalle, la liturgia que había visto celebrar en los santuarios de Jerusalén. En los lugares de los acontecimientos relatados en el Antiguo y el Nuevo Testamento, Egeria abría la Biblia y leía in situ el pasaje correspondiente.
La Biblia, con sus relatos, sus lenguas, sus diferentes géneros literarios, los personajes que la pueblan, sus milagros y su violencia, pero sobre todo este lento descubrimiento de un Dios que se revela poco a poco en la historia de la humanidad, todo ello tuvo lugar en una tierra que aún hoy se puede descubrir y visitar. Este sitio no tiene otra pretensión que ofrecer un viaje virtual por Tierra Santa y la Sagrada Escritura.
El significado de la flor hexagonal
La flor de seis pétalos o flor hexagonal es el emblema del yacimiento de la Vía Egeria. La propia flor está rodeada por una corona de otros seis pétalos. El total de doce, un número simbólico, puede interpretarse como la síntesis de una lectura creyente de la Biblia, que sustenta las reflexiones presentadas en este sitio.
El número doce evoca la dimensión terrestre o cosmológica. Es una reminiscencia de los doce meses del año o de los doce signos del Zodíaco, el viaje del sol a través de nuestro sistema solar en el transcurso de un año. Por tanto, el Doce es ante todo un símbolo de la tierra, el cielo y todo lo que contienen. Pero es precisamente en este tiempo cuando Dios actúa. Fue en este mundo donde el Verbo se hizo carne. Así pues, la historia de la humanidad es una historia santa, porque no ocurre sin la presencia y la intervención de Dios.
El número doce es otro recordatorio de la historia que Dios está escribiendo en la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre la primera y la nueva Alianza, cuyo eje central es Jesucristo. El pueblo de Israel, llamado por Dios, está formado por doce tribus, en recuerdo de las cuales Jesús eligió y llamó a doce apóstoles, en los que se basa la Iglesia. Nosotros mismos, miembros de la Iglesia, somos herederos de esta historia santa, que continúa incansablemente hasta que nuestra peregrinación terrena llegue a su fin.
En definitiva, el número doce expresa y recuerda lo que habita en el corazón de todo peregrino creyente: la convicción de que Dios, por medio de su Hijo único Jesucristo, nos precede y nos guía a todos y cada uno de nosotros hacia la Jerusalén de lo Alto. ¡Que Égérie nos guíe y acompañe en nuestros viajes! Esa es la única afirmación que hace este sitio.
Emanuelle Pastore
Miembro consagrado del Regnum Christi, Doctor en Teología Bíblica, Profesor en el Instituto Católico de París y en la Facultad Notre Dame (Collège des Bernardins, París).