Hasta 2008 no se reunieron las tres piezas de la estela de Heliodoro, que data del año 178 a.C. Esta estela, grabada en griego, menciona a personajes importantes que se recuerdan en la Biblia. Sin embargo, ¡las dos versiones distan mucho de corresponderse en todos los aspectos! Esto es precisamente lo interesante, porque comparar los dos textos es la clave para comprender cómo y por qué se escribió la historia bíblica. El episodio nos remite a una de las páginas más fascinantes de la historia de Israel, el capítulo 3 del segundo libro de los Macabeos.
¿Quiénes eran los Macabeos?
En la época de los Macabeos, Siria y Palestina estaban bajo el dominio de las potencias griegas. El encuentro con la civilización griega despertó gran fascinación, sobre todo entre la aristocracia de Judea. El griego se convirtió en lengua oficial y se hablaba cada vez más. Pero el politeísmo y el sincretismo griegos también provocaron el rechazo y la resistencia de una parte de la población de Judea, lo que desembocó en la revuelta macabea después de que el rey seléucida Antíoco IV dedicara el templo de Jerusalén a Zeus Olímpico en el año 168 a.C. Los macabeos formarían más tarde la dinastía asmonaea.
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El contexto de la estela
En 200 a.C., el conquistador sirohelenista Antiochos III, predecesor de Seleuco IV, arrebató la región al Egipto helenizado. Favoreció al pueblo judío desde el punto de vista legal y fiscal, ya que le habían apoyado durante esta campaña. Seleuco IV siguió inicialmente esta política. Pero tras una derrota militar contra los romanos, el rey tuvo que comprometerse a pagarles un pesado tributo. Este compromiso fue probablemente la causa de una importante reforma fiscal que tendría repercusiones no sólo en Judea, sino en toda la región.
La estela reconstruida contiene un texto de Seleuco IV que puede fecharse en el año 178 a.C., once años antes de la revuelta macabea. En él, el soberano da instrucciones a Heliodoro sobre el nombramiento de una persona desconocida en el texto bíblico, Olimpiodoro, cuyas funciones están mal definidas. El texto bíblico no menciona el nombre de este dignatario, sino el de Heliodoro, ministro del rey que ejercía cerca de Jerusalén.
La versión bíblica del episodio
Aprovechando un conflicto entre el sumo sacerdote Onías y un tal Simón, administrador del templo, Heliodoro fue acusado, según el texto bíblico, de saquear las riquezas del santuario:
«6 Simón informó de que el tesoro de Jerusalén estaba lleno de riquezas incalculables, tanto que la cantidad de dinero era incalculable y no guardaba relación alguna con la cuenta exigida por los sacrificios: era posible hacerlas caer en poder del rey. 7 Durante una reunión con el rey, Apolonio le informó de las riquezas que le habían sido comunicadas. El rey eligió a Heliodoro, encargado de los asuntos, y le envió con órdenes de retirar las citadas riquezas. 8 Heliodoro partió inmediatamente, aparentemente para inspeccionar las ciudades de Coele-Siria y Fenicia, pero en realidad para llevar a cabo las intenciones del rey. 9 Cuando llegó a Jerusalén, fue recibido amablemente por el sumo sacerdote Onías y por la ciudad.» (2 M 3, 6-9)
Pero la intervención divina le impide lograr su objetivo:
«13 Heliodoro, en virtud de las órdenes que había recibido del rey, sostuvo absolutamente que estas riquezas debían ser confiscadas en beneficio del tesoro real. [24 Estaba ya allí con sus guardias, cerca del Tesoro, cuando se manifestó el Soberano de los Espíritus y de todo Poder, con tal resplandor que todos los que se habían atrevido a entrar allí, golpeados por la fuerza de Dios, se encontraron sin fuerzas ni valor. 25 Apareció ante sus ojos un caballo montado por un jinete formidable y ricamente enjaezado; saltando con impetuosidad, agitaba sus cascos delanteros contra Heliodoro. El hombre que lo montaba parecía tener una armadura de oro. 26 Al mismo tiempo, se le aparecieron otros dos jóvenes, notablemente fuertes, deslumbrantemente guapos, vestidos con magníficos ropajes; se colocaron uno a un lado y el otro al otro y le azotaron implacablemente con una lluvia de golpes. 27 Heliodoro cayó de repente al suelo y se vio rodeado por una densa oscuridad. Lo levantaron y lo pusieron en una litera […] 29 Mientras este hombre, golpeado por el poder de Dios, yacía mudo, privado de toda esperanza y ayuda, 30 los demás bendecían al Señor que había glorificado milagrosamente su lugar santo. Y el santuario, que un momento antes había estado lleno de temor y agitación, rebosaba de gozo y alegría por la manifestación del Señor Todopoderoso.» (2 M 3, 13.24-27.29-30)
Eugène Delacroix, Heliodoro expulsado del Templo, iglesia de San Sulpicio, París.
Foto: Wikipedia
Por último, la historia termina con la conversión de Heliodoro(2 M 3:35-40). Más adelante veremos cómo entender este sorprendente final de la historia.
Texto completo de la estela
Dorymenes a Diofanes: saludos. Encontrarás adjunta una copia de la carta que nos ha entregado Heliodoro, encargado de los negocios. Por tanto, harás bien en asegurarte de que todo se lleve a cabo según las instrucciones.
Año 134 (es decir, 178) 4.22 del mes de Gorpiaios
Heliodoro a su hermano Dorymene: saludos. A continuación tienes una copia de la orden del rey relativa a Olimpiodoro. Harás bien en seguir las instrucciones.
Año 134.20 (?) del mes de Gorpiaios
Rey Seleukos a su hermano Heliodoro, saludos. Teniendo la máxima consideración por la seguridad de nuestros súbditos, y pensando que es del mayor bien para los asuntos de nuestro reino que los que viven en él lleven sus vidas sin temor, y al mismo tiempo comprendiendo que nada puede gozar de su debida prosperidad sin la buena voluntad de los dioses, desde el principio nos hemos ocupado de que los santuarios fundados en las otras satrapías reciban los honores tradicionales con el cuidado que les corresponde. Pero como los asuntos de Koil? Siria y Foinik? requieren el nombramiento de alguien que cuide de estos (santuarios)… Olympiodoros
Estela de Maresha, Museo de Israel, Jerusalén.
La versión de los hechos de la estela
La función de Olimpiodoro no se limitaba a imponer gravámenes fiscales en los santuarios. Un análisis del vocabulario de la inscripción real revela el uso de términos que se encuentran en los decretos relativos a los nombramientos sacerdotales. Esto sugiere que las funciones de Olimpiodoro podían incluir el sumo sacerdocio. Marie-Françoise Baslez, especialista en judaísmo helenístico, está de acuerdo:
«Esta inscripción atestigua el establecimiento de una especie de ministerio real de culto, con el consiguiente ingreso del clero de Jerusalén en una jerarquía sacerdotal pagana. Esto era teológicamente inconcebible para el judaísmo monoteísta y sólo podía conducir a la crisis». (M.-F. Baslez, citado por E. Villeneuve, en Sous les pierres, la Bible, Bayard, 2017, p. 248.)
A la luz de esta interpretación, lo que sucedió a continuación resulta predecible. La introducción del culto a Zeus Olímpico en el Templo de Jerusalén fue consecuencia directa de la reforma religiosa introducida por Seleuco IV. Y este acontecimiento fue percibido por las autoridades judías como una provocación que desembocó en la revuelta macabea del 167 a.C.
Foto: Museo de Israel, Jerusalén
Comparación de los dos textos
Si el nombramiento de Heliodoro provocó esta crisis, ¿por qué el texto bíblico no conservó su nombre? ¿Y por qué se presenta la figura de Heliodoro de forma tan positiva? También en este caso, los historiadores acuden en nuestra ayuda. El reinado de Seleuco IV terminó bruscamente: fue asesinado por Heliodoro hacia 176 ó 175 cuando regresaba de su misión en Jerusalén. Para los autores bíblicos, Heliodoro es considerado por tanto un héroe, quizá incluso un mártir, porque fue asesinado a su vez por el hermano del rey, que subió al trono como Antíoco IV Epífanes.
Este nuevo gobernante seléucida continuó la política de su hermano y en 167 a.C. profanó de nuevo el Templo introduciendo el culto a una divinidad pagana. Esta nueva provocación fue acompañada de persecuciones a las que los judíos respondieron con un levantamiento popular dirigido por los hermanos Macabeos. Esta revuelta conduciría, durante un breve periodo de unos cien años, a la independencia de Judea y al establecimiento de la monarquía judía de los asmoneos.
Gustave Doré, grabado que representa a Matatías llamando a las armas a los judíos que se habían refugiado en las montañas. Foto: Antikforever
Conclusión
La estela de Mareshah es un ejemplo más de cómo los escritores bíblicos reescribieron los acontecimientos a la luz de su experiencia de fe y su teología. De este modo, de descubrimiento en descubrimiento, la Biblia y la arqueología dialogan entre sí, permitiéndonos reconstruir uno de los periodos cruciales de la historia sagrada.
Emanuelle Pastore
Fuentes
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InterBible, Sylvain Campeau.
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Hannah M. Cotton y Michael Wörrle, «Seleukos IV a Heliodoro. Un nuevo expediente de correspondencia real de Israel». Zeitschrift Für Papyrologie Und Epigraphik, Vol. 159, Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn (Alemania), 2007, pp. 191-205.
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E. Villeneuve, Sous les pierres, la Bible, Bayard, 2017.