Estilita viene de stylo, que significa «columna». Y sí, un estilita era un hombre de Dios que vivía en lo alto de una columna. Elegante, ¿verdad?
La idea era doble: apartarse del mundo y vivir lo más cerca posible de Dios. Elevarse por encima de la bajeza de este mundo y tocar el cielo. El más conocido de los estilitas es sin duda San Simeón el Estilita, monje del siglo IV. Vivió en Siria.
Los eremitas estilitas (¡no confundir con los estilistas!) eran verdaderos ascetas. La parte superior de sus columnas era tan estrecha que no podían tumbarse. Cada día les llevaban un poco de comida mediante una cuerda. Los estilitas también tenían que enfrentarse a los elementos. La gente intentaba verlos y hablar con ellos, pidiéndoles que intercedieran por ellos ante Dios.
¿Por qué te hablo de estilitas? Pues porque hoy en día sólo queda una columna de estilita en el mundo: está en Jordania, en el yacimiento de Umm Er Rassas. ¡Y le he hecho una foto! ¡Y aquí la tienes!
Estilita viene de stylo, que significa «columna». Y sí, un estilita era un hombre de Dios que vivía en lo alto de una columna. Elegante, ¿verdad?
La idea era doble: apartarse del mundo y vivir lo más cerca posible de Dios. Elevarse por encima de la bajeza de este mundo y tocar el cielo. El más conocido de los estilitas es sin duda San Simeón el Estilita, monje del siglo IV. Vivió en Siria.
Los eremitas estilitas (¡no confundir con los estilistas!) eran verdaderos ascetas. La parte superior de sus columnas era tan estrecha que no podían tumbarse. Cada día les llevaban un poco de comida mediante una cuerda. Los estilitas también tenían que enfrentarse a los elementos. La gente intentaba verlos y hablar con ellos, pidiéndoles que intercedieran por ellos ante Dios.
¿Por qué te hablo de estilitas? Pues porque hoy en día sólo queda una columna de estilita en el mundo: está en Jordania, en el yacimiento de Umm Er Rassas. ¡Y le he hecho una foto! ¡Y aquí la tienes!